Con frecuencia decimos que sentimos pánico o ansiedad pero, ¿sabríamos diferenciar los matices de cada uno? Esta tarea suele ser difícil si solemos usarlos como sinónimos, pero lo cierto es que no son lo mismo.

Los conceptos ataque de pánico y ansiedad comparten muchos de los síntomas físicos que sentimos cuando nos vemos desbordados por una situación: palpitaciones, dificultades para respirar, tensión muscular…

También tienen en común la emoción responsable de que confundamos los términos: la ansiedad.

Veamos cuáles son los principales síntomas que los diferencian:

• Características de un ataque de pánico o crisis de angustia

– Aparición inesperada o exagerada

Como ya vimos en el artículo sobre las fobias, tener delante aquello que tanto tememos puede desbordarnos hasta el punto del ataque, pero ¿y si nos da un ataque mientras nos duchamos?

Este es el talón de Aquiles de los ataques de pánico, no saber por qué de repente tengo la sensación de que puede pasarme algo grave.

– Sensación de pérdida de control

Quizás la característica más representativa del pánico. La vivencia del ataque es tan intensa que nos lleva a pensar en terribles consecuencias.

“Me voy a volver loco”, “me va a dar un infarto”, “voy a desmayarme”  o “voy a morir” son frases que por inverosímiles que parezcan, en ese momento se nos vendrían a la cabeza con facilidad.

El desconocimiento de una razón que explique por qué me estoy sintiendo así, o la exageración de nuestra reacción hacen que nuestra mente se convierta en una bomba de relojería.

– Miedo al miedo y a la ansiedad

Tenemos miedo por lo que estamos pensando y sintiendo, pero también creamos un estado de alerta o “miedo al miedo”, anticipando consecuencias negativas ante síntomas de ansiedad.

Quien ha sufrido un ataque de pánico difícilmente podrá hacer caso omiso a estos síntomas normales, temiendo que acaben desembocando en otro ataque.

– Agorafobia

O lo que es lo mismo, miedo a lugares o situaciones (tanto abiertos como cerrados) en los que resultara difícil o embarazoso escapar ante la perspectiva de sufrir un ataque de pánico.

La agorafobia no tiene por qué darse siempre.

• Características de un ataque de ansiedad

– Sabemos qué es lo que nos provoca el ataque

Es el toque de atención que nos avisa para correr y no perder el autobús o para activarnos antes de un examen, pero si la intensidad de la alarma se desborda es cuando tendría lugar el ataque de ansiedad, bloqueándonos.

– Tiene una duración determinada

Pase lo que pase, sabemos que el ataque acabará remitiendo hasta desaparecer, pero no ocurre lo mismo con el pánico. No sabemos cuánto tiempo durará o qué hacer, contribuyendo a la sensación de algo malo va a pasarnos.

– Puede ser adaptativo

Sí, a pesar de ser una de las peores experiencias, su función es protegernos de algo que en ese momento no somos capaces de asimilar.

Por ejemplo, si desgraciadamente presenciamos el accidente de un ser querido, la reacción más probable de nuestro cuerpo para hacernos cargo de la situación será un ataque de ansiedad, ya que en condiciones normales no podríamos soportar la sobrecarga emocional del momento.