Según un estudio de O. Díaz, T. Sánchez, C. Pomar & M. Fernández, la forma más sencilla de definir el talento matemático es la de considerarlo como la capacidad matemática que se sitúa significativamente por encima de la media. Estos niños son capaces de resolver problemas matemáticos ideados para sujetos de mayor edad que ellos.
Los niños diagnosticados como talentos matemáticos, por lo general, cuando cuentan con corta edad juegan solos y se entretienen sin compañía alguna, sumergiéndose en el mundo de las matemáticas, sin ayuda de los libros y/o colaboraciones de los adultos.
En el momento de entrar en la escuela, ya son capaces de resolver adecuadamente problemas matemáticos. Los niños con talento matemático, a menudo, son capaces de proporcionar resoluciones inusualmente rápidas y exactas ante la propuesta de problemas matemáticos. Así mismo, cuentan con suficientes habilidades para establecer relaciones entre conceptos e ideas sin una orientación educativa formal y dirigida, se suelen detener en los “cómo” y en los “por qué” de las ideas que subyacen a los procesos /procedimientos de resolución de los problemas, por lo que no les es suficiente saber desarrollar o solucionar de una única y determinada forma un problema, sino que necesitan conocer con profundidad los conceptos que subyacen a los procesos que los fundamentan.
En general, estos sujetos prefieren abordar con profundidad un concepto matemático antes de pasar a otros nuevos, y por ello se sienten frustrados cuando en la enseñanza tradicional y formal sus compañeros de clase se aburren de los conceptos aún “novedosos” para ellos y demandan su abandono por otros conceptos nuevos.
Freiman (2006) nos proporciona una serie de rasgos del talento matemático en aquel niño que:
En cuanto al talento lingüístico se suele detectar en el segundo ciclo de educación primaria, según L. Pérez , E. López & C.González e incluye comprensión verbal y fluidez de vocabulario. El desarrollo del lenguaje se configura a partir de cinco pilares básicos:
Las conductas más representativas y objetivas a través de las cuales se puede evaluar la capacidad verbal son:
La mayoría de los instrumentos utilizados para la evaluación de la inteligencia verbal, se basan en el planteamiento de cuestiones relativas tanto a ejecución como a creatividad verbal, en concreto a:
Los sujetos con habilidad verbal tienen especial habilidad para hacer de manera rápida la conversión de la palabra escrita a su significado, tienen facilidad para retener en la memoria el orden de presentación de los estímulos durante un corto periodo de tiempo.
En algunos estudios el talento matemático fue asociado con mejor memoria de dígitos y localización espacial de estímulos, mientras que la habilidad verbal fue asociada con mejor memoria de palabras. Los individuos con talento verbal tienen más compacta, densa, la representación de palabras y los individuos con talento matemático más compacta la representación de dígitos y la colocación.
La habilidad cuantitativa fue asociada con pérdida de información lentamente en la memoria de trabajo. Una correlación con la habilidad verbal fue el largo tiempo que las palabras aparecen activadas en la memoria de trabajo.
Los individuos con talento verbal tienen un rápido acceso a las palabras almacenadas en la memoria de trabajo. Acrecentar las funciones de la memoria de trabajo está asociado con el talento matemático y la rapidez y codificación está más fuertemente asociada al talento verbal.
Jackson y Klein (1997) dicen que la precocidad en la producción y comprensión del lenguaje oral en la infancia es un predictor de una posterior inteligencia verbal como la miden los test estandarizados. La edad de producción de la primera palabra en un niño es predictivo de su nivel de inteligencia verbal.
En Psiconet realizamos valoraciones de talentos simples y altas capacidades en niños y les ayudamos a incorporar herramientas para cualquier problema que pueda surgir.